«Construida en 1905. Casa y taller que he compartido desde 1989, al comienzo con mi madre en el primer piso, y la escuela de teatro Bertold Brecht arriba en el segundo, y en el tercer piso estuvo al comienzo el PAIS».
La casa neoclásica italiana que vino a construír el novel, por esos años, arquitecto Nicolás Falconi a sus 26 años y terminada el año 1905, colindaba con la huerta de la Iglesia de los Capuchinos, Inceptum en 1853 y Completum en 1861 en calle Catedral, entre Cumming y Bulnes.
Luego, 13 años más tarde, vió la luz el Museo de Bellas Artes y mi casa fue terminada 9 años antes que la Biblioteca de Alameda con Miraflores en Santiago Centro.
Gran parte de mi obra se aloja en estos espacios, antes improvisados, y ahora estables, del Barrio Yungay.
Mi Casa la mandó a construir el Sr. Sanfuentes en la calle Bulnes, la cual terminaba en el puente que cruzaba al norte por la cuenca del Mapocho, hacia la pampa salitrera de aquellos años, cuando el salitre era valioso, como el cobre y el oro de nuestros años.
Fue el barrio de Santiago donde viveron, una corta temporada, los más ricos de fines de siglo XlX y comienzos del XX.
Corta temporada porque pasaban largas estadías en Europa o donde se exportaba el oro blanco de sal. Algunos también se irian a la mina, como no. Como corta también fué la temporada del Salitre, producto de la exportación del salitre sintético, descubierto por los alemanes durante la Primera Guerra Mundial.